Reseña: 56 minutos con un acordeón


Ruby, my Dear
(2005)
Richard Galliano New York Trio
Larry Grenadier (contrabajo) - Clarence Penn (percusion)
Richard Galliano (acordeon)
Grabacion en vivo, Italia, Vispera de Año nuevo de 2004

El acordeón... ese instrumento tan particular, que requiere años de entrenamiento y una velocidad para su correcta interpretacion, tan necesaria para captar la atencion durante poco menos de 1 hora... ¿sera lo suficientemente entretenido? Pasemos y oigamos.

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Tres comentarios tres que he recibido, pero para referirse a cuestiones mas generales: el primero, que para poder armarse un trio de jazz, debe tratarse de musicos de lo mejor, de lo contrario no funciona. Acá, esto se cumple. Hay una quimica sorprendente, que da calor y color sumamente atractivo.
El segundo de los comentarios, en realidad fue una lectura que he hecho luego de haberlo oido: Galliano tuvo como mentor y maestro al gran Astor Piazzolla: tanto es asi, que es considerado como su sucesor, luego de su desaparicion de este mundo de mortales animas. No quisiera ofenderlo Monsieur Galliano, ¡pero tampoco para tanto, hombre! No dudo de sus dotes, es logico y la practica nos demuestra siempre, que el maestro siempre es superado por el aprendiz, pero lejos de discutir: nadie como Astor.
El ultimo de los consejos, es muy conocido, aquel que nos dice "lo que abunda no daña" secundado por otro aun mas renombrado: "la variedad hace al buen gusto". Nada mas ilustrativo que estas dos frases para colgar este verdadero collage, que Galliano, junto con Penn y Grenadier, junto a los mejores cuadros musicales que podamos tener por preferidos.
Desde el titulo homonimo del cd, "Ruby, My Dear" balada de Thelonious Monk, propone una lectura unica respecto de esta tonada que, en las manos de Monk es inconfundible, algo escasa: obviamente, el sonido propio del acordeon sera la impronta a lo largo de este viaje de 55 minutos y monedas. "L'Insidieuse" es una pieza mas bien valseada, con momentos de lucimiento de los instrumentos, todo en perfecta sincronia con el tempo de la pieza. En "Historia de un amor", esa cancion que hemos visto desangrar en las cuerdas vocales del "talentoso" Luis Miguel, del cual no me considero fanatico ni admirador -sirvio como para regalo del dia de las madres, hasta que me fallo una vez a mi y a mis hermanos, y de alli, se termino el amor- ¡que hermosura de melodia nos regala, monsieur Galliano! Exquisito el acompañamiento de percusion, un cha-cha-cha: sutil, sencillo, pero sumamente efectivo, en ese aroma a pasion que tanto necesita. (Que por cierto, no canta nadie... fiuuu!).
Le siguen a esta, la bulliciosa "Bohemian after Dark" de Pettiford, y hacemos un parate en la "Gnosienne" de Eric Satie. Recuerdo en otro de mis viajes por la web, que Satie confeso haber realizado su obra para piano solo, en momentos de aburrimiento. Es algo monotona, pero la distorsion artistica que adopta en la lectura de Galliano, es asombrosa y embelesadora.
"Teulada" muestra el poder de coordinacion entre los instrumentistas, que transforman una pieza lenta y tenue, en un ardor musical increible. Bravo por Galliano, que se divierta ampliando y reduciendo el fuelle de su compañero de aventuras. Junto con esta, otras tres canciones cierran este breve pero efectivo paseo por el haber artistico de Richard. Solamente resta decir: ¡maravilloso!.
¿Puede un ser humano normal, comun y corriente, escuchar tanto tiempo un instrumento tan peculiar, y que a la larga suena igual siempre? Habrá que escuchar para poder juzgar y hablar con conocimiento de causa, privilegio que como veran he tenido. ¡A no perderselo!

L-R

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